Algunas veces, un mensaje de marca falla cuando se traduce. Por ejemplo, American Airlines invitó en los años 70 a los pasajeros mexicanos de primera clase a que “volaran en cueros”.
Es evidente que lo que AA quería decir no era que los viajeros subieran desnudos al avión, sino que disfrutaran de los nuevos asientos de cuero de 1ª. Pero traducir de forma literal la frase “Fly in leather” no fue una buena idea.
Sin embargo, los fallos de marca se dan con más frecuencia por no tener una guía de estilo concreta.
Esto puede llevar a inconsistencias o problemas de comunicación si tienes un equipo de contenidos.
Una guía de estilo te ayuda a crear contenido original y auténtico, al contener instrucciones para todos los encargados de crear un mensaje.
En un artículo anterior te comenté cómo ajustarte a un estilo. En este te contaré por qué necesitas una guía de estilo, cómo hacerlo y qué debes incluir en la tuya.
Por qué necesitas una guía de estilo
Comencemos por lo básico, explicando qué es una guía de estilo.
La guía de estilo de una marca es un conjunto de pautas que define la marca de tu proyecto. Se refiere a la gramática, el tono, cómo se utilizan logotipo, colores y elementos visuales, qué punto de vista se muestra y otros aspectos relacionados.
Cuando se crea una guía de estilo, te aseguras de que todos los contenidos tengan consistencia, sean reconocibles y agradables para el público objetivo.
Una guía completa y bien meditada coloca al lector en primer lugar. Proporciona un tono y una personalidad que conecta con el público de forma personal.
Cómo debe ser una guía de estilo
La guía de estilo no puede ser un manual demasiado largo, ya que sería difícil de asimilar. Lo recomendable es que tenga como máximo 4 o 5 páginas.
Analiza bien a tu público y sus intereses para crear una guía basada en ello.
Si tienes una misión clara, o la página "sobre nosotros" de tu marca está redactada, es un punto de partida. Revísala para ver no solo lo que dices, sino cómo lo dices.
Por ejemplo, si la voz de tu marca es conversacional, pero tu declaración de intenciones tiene un tono corporativo, necesitarás darla una vuelta.
A partir de ahí, haz un boceto para tu guía de estilo y úsalo a modo de esquema.
- Qué debe incluir tu guía de estilo:
- Una introducción. Todas las guías deben tener unas palabras comentando la misión, una visión general de la marca y la audiencia a la que quieres llegar.
- También se deben incluir los elementos visuales (logotipo, imágenes, colores, etc.).
- En cuanto a la forma de escribir, debe especificarse si se van a utilizar cifras numéricas o su versión escrita, la extensión máxima de los párrafos, si se usarán anglicismos o no, y detalles por el estilo.
- El tono. ¿quieres darle un toque de humor a los contenidos, o prefieres que sean más serios? Déjalo claro. Puedes incluir ejemplos de frases y expresiones correctas y las que no lo son.
- Qué fuente de letra vas a utilizar y su tamaño. Puede parecer un detalle sin importancia, pero todo suma cuando se trata de crear tu guía de estilo.
- Todo lo que te parezca importante para crear atracción hacia tu marca, aunque no esté en los puntos anteriores.
Todo esto le dará coherencia a todo lo que se publique, con un pensamiento unificado y creíble que no lograrás si no defines la guía de estilo.
Crea una guía que defina tu estilo de marca
Ahora que sabes por qué necesitas una buena guía de estilo, cómo tiene que ser y qué elementos incluir, es el momento de crear la tuya.
Tómate tu tiempo, revísala varias veces y cuando creas que está completa, pide la opinión de quienes la van a utilizar. Puede que vean algún detalle que se te haya pasado y que enriquecerá aún más la voz de tu marca.
¿Todavía no tienes una guía de estilo? Pues ya tienes algo importante para anotar en tu agenda de trabajo.
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